La Fundación Santa Cruz Sostenible promueve un estudio que recogerá muestras en suelos y aguas del parque para comprobar que estas fibras llegan incluso a zonas aisladas.
A partir de septiembre, el Ayuntamiento de Santa Cruz, a través de la Universidad de La Laguna, llevará a cabo un estudio, íntegramente financiado por la Fundación Santa Cruz Sostenible, para determinar, por primera vez, si hay presencia de microplásticos en suelos y aguas subterráneas del Parque Rural de Anaga.
El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, ha destacado que es clave “conocer el estado del medio natural que nos rodea para poner en marcha las medidas correctoras que sean necesarias” y ha recordado que en la lucha contra la contaminación “es fundamental la implicación de toda la ciudadanía y las administraciones, Santa Cruz y sus habitantes están haciendo un esfuerzo en materia de reciclaje, de incorporación de nuevas fuentes de energía menos contaminantes y por una movilidad sostenible, en un proceso de transformación que debe ir acompañado de datos como el que este estudio aportará una vez esté concluido”.about:blank
Los datos obtenidos permitirán evaluar el grado de afección por microplásticos del parque en suelos de zonas de vegetación natural, zonas agrícolas y zonas vinculadas a núcleos poblacionales, así como la posible transferencia de microplásticos a las aguas subterráneas. Un estudio que también permitirá establecer las bases para futuras investigaciones sobre los efectos de los microplásticos en diferentes procesos ecosistémicos, así como el grado y tipo de potenciales acciones a llevar a cabo.
El estudio será llevado a cabo por el grupo de investigación en Química Analítica Aplicada (AChem) de la Universidad de La Laguna, coordinado por el Catedrático de Química Analítica Javier Hernández Borges, que cuenta con una amplia experiencia en la determinación de microplásticos en el medio ambiente de Canarias, incluyendo suelos y aguas.about:blank
Los investigadores esperan encontrar, sobre todo, fibras sintéticas, el tipo de microplástico más común en el medio ambiente.
Estas fibras son fragmentos filiformes de plástico (principalmente de poliéster, nailon, acrilatos u otros materiales sintéticos), con una longitud de entre 5 mm y 10 mm, y un ancho de, al menos, 1,5 órdenes de magnitud menor, aunque la mayor parte de estas tienen longitudes inferiores a 1 mm. Proceden principalmente de los tejidos sintéticos pudiendo llegar a lugares remotos por vía atmosférica y localizarse en los suelos por deposición húmeda o seca, además de por actividades antropogénicas.