“Si no hacemos nada, el siglo XXI será más caluroso, habrán más días secos, las precipitaciones podrían reducirse un 30% y la aridez aumentar un 75%”. Así de rotundo se mostró el director de Transición Ecológica del Ejecutivo regional, Ángel Montañés, en la presentación del instrumento digital “Proyecciones climáticas de alta resolución para Canarias. Estacionalidad y fenómenos extremos”, que llevará el Archipiélago a la COP28 –Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático–, que este año se celebra en Dubái. Un proyecto “pionero” que servirá para la obtención de proyecciones climáticas y, en base a ello, “cometer planes de mitigación con recorrido amplio y concienciación para los ciudadanos”.
Este proyecto nace del “esfuerzo” para que Canarias pueda estar “mejor y más preparada ante la incertidumbre climática”, explicó el director de Transición Ecológica. En el evento se tratarán, entre otros asuntos, las medidas que hay que adoptar para reducir los impactos del cambio climático, las transformaciones industriales, sociales y económicas necesarias para minimizar lo máximo posible las emisiones de CO2 –7,34 millones emitidas en 2022, un 2,88% menos que en 2019–, además de las compensaciones que deben recibir los países en desarrollo que más sufren los impactos de esta crisis, de la que no han sido responsables.
El Archipiélago se enfrenta a numerosos retos climáticos en los próximos años: subida del nivel del mar y de las temperaturas, desertificación, tropicalización y aumento de fenómenos meteorológicos adversos y de enfermedades respiratorias y cardiovasculares asociadas. Un panorama apocalíptico que amenaza también la economía de la región. Lo acreditan, además, los científicos que han desarrollado esta nueva herramienta pionera para Canarias. Con este instrumento “único, sabremos los lugares donde aumentará más el calor, el riesgo de incendios forestales, la subida del nivel de los océanos o los cambios de viento”, indicó Montañés.
Canarias ha evaluado el impacto y la fecha. Según algunos datos del Grupo de Observación de la Tierra y de la Atmósfera (GOTA), el Archipiélago vivirá un alza de temperaturas medias en una horquilla de entre cuatro y seis grados, habrá un incremento de noches tropicales y una mayor duración de los episodios de calor extremo. Pero eso no es todo. Las lluvias anuales disminuirán en torno al 30%, aumentando el riesgo de desertificación y de grandes incendios. Una de las Islas más perjudicada por los episodios de fuego futuro sería Gran Canaria, donde se tienen localizadas zonas que serán “extremadamente preocupantes”. Gracias a esta herramienta del grupo GOTA pivotarán“las políticas y estrategias para el territorio en materia climática”, indicó Montañés. Finalmente, apuntó que el detalle de estos números “pueden consultarse tanto en el portal de datos abiertos del Sistema de Información Territorial de Canarias (SITCAN) como en la página web de la Consejería de Transición Ecológica”.
El instrumento ha pormenorizado dos escenarios: el horizonte en el cual la ciudadanía sigue haciendo lo comúnmente establecido con el uso de combustibles fósiles, denominado 8.5, o, uno más “halagüeño” (4.5), con la introducción de las renovables y donde predominarán las estrategias más ecológicas y permitirá que los efectos invernaderos se reduzcan. Pero, en medio de este diagnóstico, Canarias ha hecho sus deberes con anterioridad con la aprobación de su ley de cambio climático, con la que se pretende evitar los primeros pronósticos a través de la inclusión de las herramientas necesarias para la descarbonización en 2050.
La problemática no se detiene en el sector turístico
Los estragos de esta problemática no se detienen en las zonas turísticas. La fuerte dependencia económica de este sector hace al Archipiélago más vulnerable al cambio climático. La escarpada orografía de las Islas provoca que el impacto del calentamiento global y su potencial influencia en el turismo sea especialmente heterogénea. La alerta climática es “inminente” en las Islas y por ello se han consolidado como el primer destino que apuesta por un plan de acción climática “a la que se están adhiriendo muchas empresas”, indicó el director general de Ordenación, Formación y Promoción Turística del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Rodríguez.Una amenaza que se proyectará con mayores valores de calor y humedad en verano, que serán “inasumibles” para los visitantes que eligen el Archipiélago por el clima
El turismo internacional se encuentra en una fase de recuperación y reapertura, con una gran competencia entre destinos, tras el parón producido por la pandemia y el cambio climático y la cuestión medioambiental se erigen como los mayores retos para el sector. La combinación de variables que lleva aparejada la modificación de los modelos atmosféricos repercutirá en “una disminución de los índices de confort de los turistas que vengan a las Islas”, aseveró Pedro Díaz, miembro del GOTA. Una amenaza que se proyectará con mayores valores de calor y humedad en verano, que serán “inasumibles” para los visitantes que eligen el Archipiélago por el clima.
La gallina de los huevos de oro del Archipiélago, el turismo, del cual depende el sistema económico de Canarias, se verá sumamente perjudicada convirtiéndola en un destino mucho menos apetecible para el mercado internacional y nacional. “Todo este panorama necesita de una coordinación integral del Ejecutivo autonómico con las instancias europeas que permitan mejorar todos los sectores de la sociedad canaria a través de planes de mitigación y adaptación”, aseguró Díaz. Entre otras cosas, porque el cambio climático que van a vivir las Islas será muy distinto al que sufrirán otros territorios.