Ha participado VIII Encuentro de Gestores de Patrimonio Mundial de España y Portugal que se celebra en Aranjuez
El Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria ha expuesto en el VIII Encuentro de Gestores de Patrimonio Mundial de España y Portugal que se celebra en Aranjuez los proyectos en marcha para mitigar los efectos del cambio climático en la cumbre insular, además de planes de futuro, entre los que valora encargar un estudio específico sobre la incidencia del calentamiento global en el territorio declarado por la Unesco.
El responsable técnico del Paisaje Cultural, José de León, formó parte de los ponentes de este evento que congrega a más de cuarenta figuras que forman parte de la lista de Patrimonio Mundial. La cita está marcada por la conmemoración este año del 50 aniversario de la Convención de Patrimonio Mundial y ha puesto el acento en retos como el cambio climático, la pandemia y el desarrollo social.
El informe sobre la incidencia del cambio climático que prevé encargar el Instituto del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria partirá de los documentos previos elaborados por el Cabildo, enmarcados en el proyecto Ecoisla, así como de la amplia documentación elaborada por el Centro del Patrimonio Mundial, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios o la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Además, la actualización del Plan de Gestión Integrada ya recogió la necesidad de llevar una política específica de acción contra el cambio climático. El propio dosier de la candidatura para su nominación como Patrimonio Mundial hizo diversas referencias a sus consecuencias en la cumbre grancanaria, valoraciones que coincidían con las conclusiones del ‘Diagnóstico de riesgos y vulnerabilidades y adaptación al cambio climático en Gran Canaria’ del Cabildo.
En estas jornadas inauguradas por el director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura, Isaac Sastre, y la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, la ponencia resaltó el alcance del sistema de gestión impulsado por el Cabildo en base a la multidesignación de figuras Unesco y su coincidencia en el territorio, medida que cristalizó en el Instituto del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera.
A través del Instituto, explicó de León, se ha logrado establecer un sistema armonizado e integrado de las múltiples competencias insulares relacionadas con ambas designaciones. Esto hace de él una herramienta para optimizar recursos para desarrollar estrategias de conservación y desarrollo sostenible y dar una respuesta más efectiva a retos como el cambio climático.
El Instituto recordó ante el público especializado congregado en Aranjuez que el gran incendio de 2019 afectó a más de 9.600 hectáreas, y que casi el 75 por ciento de la superficie incendiada se localizó entre los límites del Paisaje Cultural y su entorno de protección. Si bien la mayor parte de los bienes arqueológicos son inexpugnables al fuego por corresponderse con manifestaciones trogloditas en escarpes rocosos y acantilados, sí afectó al pinar, al paisaje agrícola y a la actividad socioeconómica. El episodio motivó un plan de recuperación que involucró a varias administraciones y ciudadanía.
“Este tipo de acontecimientos pueden encuadrarse en los llamados incendios de sexta generación, extremadamente virulentos y prácticamente inextinguibles, cuya particularidad proviene de su interacción con condiciones climáticas y atmosféricas absolutamente inusuales. A ello se suman unas condiciones orográficas adversas que complican aún más las labores de extinción. Los incendios se produjeron en el marco de una serie de episodios de intensa calima, extrema sequía y con temperaturas muy altas que deben claramente vincularse a los efectos del cambio climático”, señaló De León.
En esta línea, informó durante su intervención de los detalles del Proyecto Alertagran del Cabildo, un sistema de prevención a gran escala y pionero a nivel europeo para la detección precoz de incendios y otras incidencias meteorológicas con cámaras infrarrojas complementadas con estaciones que miden la sequedad forestal.
El Proyecto Alertagran es una actuación del área de Medio Ambiente, aunque la parte más destacada se centra en suelo del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera, por ser las zonas más sensibles a los episodios de los grandes incendios forestales, de ahí que la iniciativa deba incluirse en la estrategia del Instituto contra el cambio climático.
Otras actuaciones del Cabildo que se desarrollan en el ámbito del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera son el pastoreo cortafuegos, los programas de potenciación del sector primario, los proyectos experimentales de recuperación de fincas o la protección de la biodiversidad.
Precisamente, la cita de Aranjuez ha propiciado el intercambio de experiencias con los gestores de la Sierra de Tramuntana de Mallorca sobre la recuperación de fincas y con especialistas de Cataluña sobre las llamadas ovejas bomberas.
Acciones propias del Instituto para mitigar los efectos de la crisis climática
En su intervención, desgranó que las acciones propias del Instituto abarcan la instalación de paneles solares en el Centro de Interpretación del Paisaje Cultural en Artenara y la remodelación en curso del Centro de Interpretación del Roque Bentayga para convertirlo en un modelo de sostenibilidad, así como el proyecto para el control de acceso de visitantes a las áreas de mayor sensibilidad.
Asimismo, incidió en la importancia del agua y la actividad agrícola y ganadera para mantener la cualidad de paisaje vivo del Patrimonio Mundial. Esto obliga a luchar contra las consecuencias de la creciente aridez con planes que incluyen la implantación de sistemas de depuración biológica, además de un amplio abanico de medidas de apoyo a la agricultura y la ganadería.
Por último, destacó que la crisis climática agudizará la erosión y los desprendimientos propios de un territorio volcánico joven, lo que abre otro frente de actuación. En 2014 se activó una red de seguimiento microclimático y geofísico para preservar el valor incalculable del conjunto de cuevas.
“Es imprescindible la coordinación y, sobre todo, el acompañamiento, que implica un compromiso ético y solidario, que en última instancia hace suya y la siente como tal, con la idea de que el patrimonio mundial ya no es de ningún sitio, sino que pertenece y corresponsabiliza a toda la comunidad humana”, concluyó en un panel sobre cambio climático en el que también participaron el director insular de Territorio del Consell de Mallorca, Miquel Vadell, la profesora Esmeralda Paupério de la Universidad de Porto, y el miembro de la Junta Directiva del Instituto de Bosques y Conservación de la naturaleza, Paulo Oliveira.