La Fundación Pau Costa escogió Gran Canaria para presentar una estrategia de acción fruto del consenso entre más de 60 expertos.
El presidente del Cabildo, Antonio Morales, ejerció este viernes de anfitrión de la presentación de la ‘Declaración sobre la gestión de grandes incendios forestales en España’, una iniciativa impulsada por la Fundación Pau Costa, con el consenso de más de 60 expertos de la comunidad de incendios forestales de toda España.
Se trata de una estrategia de acción que, como manifestó el primer mandatario insular, está completamente alineada con el trabajo que realiza el Gobierno grancanario y «está en el corazón de lo que desde el Cabildo hemos denominado ecoísla, un proceso de transformación sostenible de nuestro modelo de crecimiento, que se sustenta en la soberanía energética y alimentaria, en la seguridad hídrica y en la mitigación y adaptación al cambio climático».
El acto, organizado por el Cabildo y por Fénix Canarias, tuvo lugar en el entorno de San José del Álamo, en la capital grancanaria, y contó con la participación de representantes de diversos sectores de la comunidad de incendios de Canarias, que comentaron y valoraron el contenido del documento y la situación actual de la problemática de los incendios forestales en el archipiélago.
Asistieron pastores con su ganado, personal de las empresas que realizan las limpiezas de bosques y las quemas prescritas, entre otras personas, en un acto que fue transmitido a través de streaming y que podrá ser consultado en plataformas.
EL DOCUMENTO
- 15 demandas urgentes Pone el foco en la prevención e insta a la sociedad a implicarse y a asumir la convivencia con el fuego
- Herramientas Datos rigurosos y divulgación y educación para integrar las visiones urbana y rural ante los incendios
- Marco legislativo Ha de integrar la gestión de estos siniestros para anticipar, garantizar y financiar la prevención.
- Casi 1.000 adhesiones Tanto personas como instituciones, entre ellas, Cabildo, Gobierno canario, Profor y Fénix Canarias.
Morales agradeció la elección de Gran Canaria como sede de esta presentación. «Sentimos que es un reconocimiento a un trabajo que un gran equipo de profesionales lleva años realizando, pero también a los sectores rurales no debidamente reconocidos, pero sin los que es imposible afrontar un reto como este».
En este contexto, puso de manifiesto que Canarias está sufriendo las consecuencias del cambio climático con mayor intensidad, dado que las islas son uno de los puntos calientes de biodiversidad a nivel mundial, lo que implica que sus ecosistemas son frágiles y que están sometidos a una multitud de riesgos, entre los que destacan los incendios forestales.
El recuerdo del gran incendio forestal de 2007
Reflexionó sobre cómo, en la actualidad, el triángulo compuesto por el aumento de la masa forestal, el abandono del campo y los efectos del cambio climático, fundamentalmente las sequías y temperaturas extremas, han situado a Gran Canaria ante un nuevo fenómeno cada vez más devastador: los grandes incendios forestales.
«En 2007, Gran Canaria sufrió uno de los peores de su historia y ese fue un punto de inflexión para la profesionalización y el reforzamiento de los equipos de extinción, que hoy podemos asegurar con orgullo que están entre los mejores de España», aseveró. «Pero sabemos que no nos podemos enfrentar a los grandes incendios solo con medios de extinción. La clave está en la prevención y en conseguir un paisaje mosaico», matizó acto seguido.
En esta línea enumeró iniciativas como el Banco de Tierras, con el que 497 agricultores han recuperado 437 hectáreas agrícolas que estaban en desuso. De hecho, destacó que Gran Canaria es la única isla que ha ganado suelo agrícola efectivo, en concreto 772 hectáreas. Por ejemplo, en 2022, se regeneraron unas 15 hectáreas vitícolas y, en 2023, se prevé recuperar otras 12.
Aludió también el Plan Forrajero de Gran Canaria, que ha hecho posible que se haya incrementado en un 62,5% el número de hectáreas de cultivos forrajeros, que han pasado de 80 a 130. O al trabajo que desarrollan los pastores trashumantes, quienes, gracias a un acuerdo con el Cabildo, cobran una cantidad anual por pastorear con sus rebaños en zonas de alto riesgo de incendio.